Aunque no lo parezca, también soy ingeniera...

Como lo oyes… aunque siempre me ha encantado saber el porqué hacemos lo que hacemos, no hacemos lo que no hacemos, y porqué somos tan iguales y diferentes a la vez… estudié Ingeniería Informática.

Y es que ya sabes que a esas edades somos tela de influenciables. Y yo tenía tanta sed de independencia, de libertad, de ganar dinero, que no quería ser una de las 20.000 que salen cuando das una patada, como me decían cuando, de forma tímida, asomaba la posibilidad de estudiar Psicología.

«Das una patada, y salen 20.000 psicólogos»

En fin, que estudié Ingeniería Informática y, no contenta con eso, me dediqué a ello durante 11 años…

Y así, cuando nadie me veía, seguía por mi cuenta leyendo a muchos autores del desarrollo personal y psicología… 

Willhem Raich, Daniel Goleman, Tony Robins, Wayne Dyer, Robin Sharma, Robert Fisher, Deepack Chopra, Jorge Bucay, Manuel J. Smith, probablemente algunos más que ahora no me acuerdo.

Pero, a pesar de que se me pasaban las horas leyendo sobre esto, lo sentía como un hobbie, un entretenimiento, un conocerme más y un trabajarme a mi misma para superar muchos «traumitas» (o traumazos) de mi infancia.

Diseño sin título (3)

Y entonces... descubrí el Coaching...

En el 2009, estando embarazada de mi primera hija con nombre de primavera (Abril para más señas), mientras iba a clases de un EMBA (Máster en Gestión y Administración de Empresas Ejecutivo, para quienes no lo sepan), uno de los que luego se convirtieron en mis mentores del coaching, Manuel García Palomo, me lo presentó en una de sus clases.

Desde entonces, no se me quitó el gusanillo de aprender más sobre este tema que me llamaba tanto… así que, en 2012, una vez que ya mi pequeña no era tan tan pequeña y yo estaba más y más desgastada del mundo consulting, decidí que era el momento de un gran cambio.

Y, con ese gran cambio, llegó todo lo demás: 

Master de Coaching Ejecutivo, PNL Practitioner, formaciones, congresos, seminarios y, al fin, me matriculé en el Grado de Psicología, 

Y este cambio se contagió, como las ondas expansivas, a toda mi vida y mi entorno...

En ese momento incluí el cambio como la única constante en mi vida, así que tampoco voy a aburrirte con todo lo que  hice desde entonces. 

Sólo voy a contarte que siempre he pensado que la única forma de enseñar, es con el ejemplo, y por eso siempre estoy «ampliando» mi zona de confort, me gusta explorar nuevas sensaciones, situaciones y estoy segura que, gracias a ello, puedo empatizar muchísimo mejor con las personas que trabajan conmigo.

Y por eso mismo, porque soy un culo inquieto y siempre estoy preguntándome qué hay más ahí para mi, me embarqué en un Máster en Crianza Autorregulada (by Laura Perales), una formación de un año entero mientras estaba de baja maternal de mi segundo hijo, Bruno.

Yo quería ser una mejor mamá, y resultó que lo que conseguí, a parte de ser una mejor mamá, fue dar respuesta a muchos de los porqués que llevaba haciéndome toda mi vida

Y como de cambio en cambio, y tiro por que me toca, estuve viviendo en Bélgica por 5 años, después de 3 intensos meses en la Irlanda más profunda (County Tipperary, el reino de las vacas y los prados verdes). 

Estando en plena pandemia, a principios del 2020 y frustrada porque no sabía cómo dar el siguiente paso, decidí lanzarme al mundo digital y fue otra gran experiencia, donde creo que aprendí más en el mes que estuve desarrollando la primera edición de mi programa, que en muchos años atrás.

Me di cuenta de lo importante que es el foco, la claridad mental, el entendernos, el conocer como funcionamos, vamos, que comencé a descubrir una nueva YO, y unos nuevos OTROS.

Desde finales del 2019 medito a diario, otro gran descubrimiento en mi vida.

Y desde julio del 2023 volví a mi tierra, a Cádiz, a vivir cerca del mar.

Practico FitBoxing y Yoga.

Me levanto antes de las 6 de la mañana.

Adoro el contacto con la naturaleza, para mi es una terapia de renovación

De esas que te cargas las pilas cuando abrazas a un árbol (lo confieso, soy una abrazaárboles).

Y no, el camino no ha sido fácil, pero ha sido posible.